No es fácil meterse en la piel de hechos recientes que nos conmovieron a todos los argentinos. Hacerlo en formato de novela es un desafío, sin dudas, épico. Es que la posibilidad de herir los afectos está siempre presente. No emergió la crisis, murieron dos jóvenes compañeros asesinados por fuerzas policiales a mansalva. Es un acto de terrorismo de Estado si fue diagramado desde el poder, de venganza corporativa si surgió del odio policial a los militantes sociales, o fue un asesinato de odio racial.