Cuando dejó de llover, el pueblo de los labradores de maíz debió buscar el sustento de otro modo. Así se convirtieron en cazadores de serpientes. Una noche, madres y padres no volvieron al poblado. Entonces, dieciséis niños desprotegidos debieron salir a buscar el modo de sobrevivir. El mayor, Yacu, decidió recurrir a Vilca, un viejo que vivía lejos del pueblo, en la Montaña de los Pájaros. Vilca emprenderá la marcha acompañado por los chicos, mientras los padres son esclavizados por el pueblo blanco para usarlos como mano de obra en la construcción del ferrocarril. Tanto padres como hijos se enfrentarán a numerosos peligros (pumas, serpientes, caminos escarpados, hombres armados) con el único afán de reencontrarse y de comenzar una nueva vida.
