El Fedro nos invita un idílico paseo por fuera de las murallas de Atenas. En este diálogo, saturado de alusiones al efervescente contexto socio-cultural, Sócrates discute con Fedro alguno de los grandes temas de la filosofía platónica. Los amigos refelxionan sobre el vínculo entre el amante y el amado, sobre la locura amorosa y el discurso que la acompaña, y sobre la lucha del alma humana en su intento por desplegar las alas hacia la belleza y la verdad.