FORMAS URBANAS (FOTOGRAFIAS DE...)

FORMAS URBANAS (FOTOGRAFIAS DE...)

AUTOR 122 Páginas RUSTICA EAN 9789877833812

Viola es, además de fotógrafo, arquitecto y docente, tres profesiones que fue amalgamando a su manera. "De chiquito mamé la fotografía, el olor a químico, las luces rojas" rememoró. Su padre era fotógrafo de playa en Necochea, ciudad donde nació en el año '53. Allí se formó en el oficio, que se incorporó en su vida como una herramienta de trabajo, la que le permitió con las fotos de sociales costear sus estudios de arquitectura en La Plata. En 1985, ya graduado, obtuvo una beca que lo llevó a Italia: "Ahí no tenía clientes, entonces empecé a sacar mis primeras fotos de turista. Con el tiempo me di cuenta que fueron mis primeras fotos artísticas, de autor", reflexionó A su regreso, comenzó a dar clases en la facultad que lo formó e ingresó a trabajar como arquitecto en el Instituto de la Vivienda -del que se acaba de jubilar- donde se abocó principalmente al relevamiento fotográfico de barrios. Así, sus intereses comenzaron a confluir de diferentes formas: creó un curso de Fotografía de Arquitectura que dictó en diferentes facultades, realizó muestras individuales que ponían el acento en distintos elementos arquitectónicos (Señales Urbanas, Puertas y Ventanas, Números y Carteles) y comenzó a escribir para revistas especializadas. Esa experiencia fue el germen del libro que llegó décadas después. Ser publicado con sus propias imágenes ilustrando las notas comenzó a pulsar el deseo que lo empujó a elaborar esta edición. Aquello le dio mucha satisfacción, y, en ese entonces, se imaginó publicando "cuando fuera viejo. Y el año pasado me di cuenta de que ya era hora", confesó entre risas. "El libro se llama 'Formas Urbanas', me quedó mucha gente afuera, o detalles que no cabían en ese nombre, así que tendré que hacer otro", adelantó. Vicente se define como fotógrafo urbano. "Necesito la calle. Saco fotos a la gente pero no sé pararlos, y si me miran, no les saco. Pero me gusta que en mis paisajes urbanos haya gente, que da la escala, da color. Busco también mucho el color rojo", explicó. "Lo que me gusta es la Composición Fotográfica, y creo que eso tiene que ver con la semilla de la facultad, donde también di clases en Visión, de Representación Gráfica". Y, en contraposición a la velocidad y cantidad de la fotografía actual, agregó: "Soy exigente, intento hacer el encuadre perfecto, en ese sentido tengo el ojo analógico, sigo buscando el momento justo y el encuadre preciso, no disparo más de tres fotos". Luego, definió: "La magia de la fotografía es decidir qué pongo adentro y qué dejo afuera de esa realidad que existe. El ojo fotográfico es esa elección". Mientras en su vida cotidiana se aboca principalmente a la dirección de la Escuela de Fotografía que fundó y dirige hace 24 años y a la docencia, el momento elegido para hacer fotos es en los viajes, algo que queda de relieve en su libro. Ha tenido la suerte de viajar bastante y de esa experiencia destacó: "No me gusta la foto de cosas antiguas. Me atrapa más lo moderno: el ritmo, la repetición, los colores. Me gusta mucho el color", aspecto que no hace falta aclarar con sus imágenes a la vista, pletóricas de rojos, amarillos y azules saturados. "Veo la vida en colores y como tal la quiero registrar. Y si le miento un poquito, mejor", concluyó sonriente.

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