Este libro puede leerse como un collage de textos: un conjunto de invenciones, homenajes, digresiones y retratos, que vuelven el mundo irremediablemente cortazariano. Publicado originalmente en 1967, La vuelta al dÃa en ochenta mundos lleva las marcas de la época: la juventud era toda rebeldÃa, el jazz de vanguardia ya convivÃa con Los Beatles, la imaginación tomaba el poder, y el espÃritu del surrealismo, la patafÃsica y el situacionismo inundaba un arte que se habÃa vuelto pop. Si hay algo superlativo en este libro, es que esa frescura se mantiene intacta. Alcanza con leer apenas unas páginas para comprobarlo, para quedar absortos frente a su libertad formal, para tener ganas de ir por más: de seguir a Cortázar hasta Duchamp, y de ahà saltar a Boris Vian, pasando por Rimbaud y por Thelonious Monk.