Detractores anticientíficos están siempre bien preparados para desvalorizar el papel de la imitación. En verdad, la habilidad de imitar es decisiva en la selección natural. Entre nuestros antepasados homínidos, las pericias vitales se aprendían por la imitación. Y los mejores cerebros eran los que imitaban mejor". Así, con esa mirada filosa e inteligente, Alejandro Dolina ataca a los incrédulos que despotrican sobre el arte y el trabajo de la imitación. Sus palabras no sobran ni desentonan, dado que no las expone en cualquier lado, sino que lo hace en el prólogo de One, Two, Three, ¡Four!, el libro que escribieron cuatro soñadores que desde hace más de 30 años imitan y juegan, con respeto e idolatría, a ser otros. Hace más de tres décadas que Diego Pérez (John Lennon), Patricio Pérez (George Harrison), Eloy Fernández (Paul McCartney) y E...
