Si bien la crónica narrativa, o crónica literaria, o simplemente crónica, no es un género nuevo, en los últimos años experimentó una suerte de «boom» que hizo que aparecieran revistas dedicadas al tema, que se editaran libros de crónicas y que el mundillo periodístico empezara a abrazar la posibilidad de ser «cronista» como una suerte de iluminación.Lo cierto es que solo se trata de contar historias reales. Pero, debemos admitir, el «sólo se trata» es una vara muy alta. Dice Leila Guerriero, una de las grandes cronistas actuales, que no cree en «crónicas que no tengan fe en lo que son: una forma de arte». Y esa es la vara.