Recordar y hacer memoria no son la misma cosa. Hay en lo primero una pulsión involuntaria que nos toma de imprevisto y nos deja a la intemperie. El recuerdo -como el olvido- se abisma sobre la persona y no existe allí más que una materia desconocida en un tiempo que se impone. Hacer memoria, en cambio, es atentar contra los relatos simplones, interrogar lo evidente, desconfiar del pasado. Esta lucha entre los recuerdos y la memoria acontece en Si preguntan por vos, porque hacer memoria es tomar la palabra para poder contar. Pero no existe en el contar de esta novela un orden cronológico que nos ayude a entender las cosas de forma lineal; en cambio, asistimos al ritmo interior de nuestro personaje.