Cuando leo a Barron pienso en las peliculas de pistoleros, de rudos romantic s que nunca logran salvarse aun cuando se salven. Eso es lo que parece decirnos (suponiendo que en verdad le interese decirnos algo) con su Etica del Soldado, que no es mas que la etica del que vuelve de la vida -en la que se muere tantas veces- para sentarse en un bar y, copa de vino o whisky mediante, observar a esas chicas con zapatos de puta para volver a descubrir que, aun fingiendo, es incapaz de falsificar cualquier lluvia. Barron, que se entristece pero que rie a carcajadas -porque esa es la mejor terapia en nuestro tiempo de rucula y psicoanalistas-, cree que la poesia va a matarlo. Pero a Nestor, el malviviente de estas paginas, la poesia va a matarlo apenas una vez mas. Piratas y jenizaros: descalcense porque van a caminar por el fuego. Mariano Schuster